Espacio que pretende resguardar voces, experiencias y conocimientos desde el rol
social del bibliotecario. Documentación de archivos orales sobre el patrimonio cultural
intangible conservado en la memoria de los libros vivientes. Entrevistas, semblanzas,
historias de vida. Reflexiones en torno a la bibliotecología indígena y comunitaria.

jueves, 20 de junio de 2013

Guardianes de la memoria…



Cada tanto aparece en el horizonte de toda disciplina una obra que simboliza el trabajo colectivo de los profesionales que la integran. Es el caso del Diccionario Biográfico de guardianes de la memoria social Boliviana, publicación que contiene 812 entradas, cuyas fuentes incluyeron diccionarios, bibliografías, publicaciones oficiales, periódicos, boletines, revistas e Internet, registrando las acciones de hombres, mujeres, asociaciones, instituciones y centros de archivo que favorecieron con su servicio el desarrollo patrimonial del querido país latinoamericano.

No es un detalle menor, ante lo singular del proyecto, recordar que el Diccionario biográfico de archivistas de Bolivia es la primera obra en su género a nivel mundial, y que su aporte se suma a otros hitos de la archivística boliviana, como lo fueron la Historia de la archivística boliviana (2006) y Legislación archivística boliviana (2007), ejemplos hasta infrecuentes en la historiografía especializada.

Como bien se expresa en el prólogo de la obra, no es objetivo del Diccionario incluir la totalidad de centros de archivo, ya que dicha tarea sería objeto de estudio de una Guía o Directorio de Archivos de Bolivia, por cierto algo pendiente de realizar. Lo que en este caso se ofrece son nombres que han sabido representar, con su vocación, el invalorable acervo archivístico boliviano. La estructura del material se consolida en las reuniones técnicas de consulta (1979-1984), congresos nacionales y departamentales, resoluciones de convenciones y congresos internacionales, tales como la Declaración de Principios de la Primera Reunión Interamericana de Archivos (1961), la Carta Americana de Archivos (1972), la Declaración de Principios de los Archivistas de Bolivia (1982), el Código de Ética del Archivista (1996) y la Declaración Universal de los Archivos
(2010). Según refiere su editor, el destacado archivero Luis Oporto Ordoñez, la expresión más significativa que corona los esfuerzos de las acciones de los archivistas se plasma en la creación de los centros de archivo e instituciones de enseñanza superior archivística.

Ha sido un trabajo soberbio, abarcando estudios sobre diccionarios biográficos de alcance nacional y regional, reseñas de archiveros a lo largo de la historia, registros sobre archiveros del incarioV, archiveros de la colonia, archiveros militares en la Guerra de la Independencia, análisis sobre el rol de los presidentes en la República, el aporte de los intelectuales, las archivistas mujeres, los archivistas profesionales, los becarios, los archiveros religiosos y empíricos, como así también los archivistas extranjeros que han colaborado mientras estuvieron en el país.

Párrafo aparte merece la investigación realizada sobre los “destructores de la memoria”, que como es sabido han provocado más daños al patrimonio documental del Estado Boliviano, que todos los factores y vectores de destrucción acaecidos durante el proceso histórico. Al respecto se incluye un pensamiento que es a la vez un resumen, simbólico, de lo que la humanidad ha sido testigo desde hace siglos:

 “Habrá que levantar dos murales en el ingreso de los archivos históricos. En un costado estarán las figuras señeras de aquellos que han dado la vida para salvar los documentos, y en el otro los que con similar denuedo han dedicado todo su esfuerzo y los medios a su alcance, para sustraerlos o destruirlos”.

No pude evitar leer la inclusión –a mi entender con buen criterio– como archivero de la memoria social boliviana al guerrillero argentino-cubano Ernesto CHE Guevara, considerado “El archivo oficial de la guerrilla”, un estudio biográfico que da cuenta de los documentos y manuscritos que el mítico revolucionario registró mientras combatía en la selva boliviana a fines de los años 60. Se trata del famoso “cuaderno rojo”, tamaño carta, anillado, y una agenda alemana modelo 151, impresa por Herstellung Baier & Schneider para Karl Klipel de Frankfurt, con acabado en tapa dura forrada en cuerina, color borra de vino, que se vendía al precio de 9.90 marcos…

El cuaderno rojo tuvo una doble finalidad, no solo sirvió para las anotaciones del diario de los dos meses iniciales de campaña, sino que también incorporaba correcciones de puño y letra, hechas con bolígrafo negro, rojo y verde, conteniendo los códigos de los mensajes cifrados que recibía y de los mensajes que enviaba el líder revolucionario. Tal como lo refirió Fidel Castro, los documentos encontrados eran “anotaciones, no escritas para la publicación, (que) le servían como instrumento de trabajo para la evaluación constante de los hechos, las situaciones y los hombres”,

Como se sabe, los manuscritos del Diario del comandante, un verdadero documento histórico, serían finalmente publicados en Cuba, incluyendo una introducción del propio Fidel.

Verdaderas historias de vida, el diccionario compila nombres como los del escribano Manuel Cáceres, Manuelita Sáenz, la primera mujer archivista, quien fuera responsable del archivo particular del general Simón Bolívar, Francisco O’Leary, custodio de los archivos de campaña del Ejército Unido Libertador, Gabriel René Moreno, quien realiza el salvamento de los archivos de la Real Audiencia de Charcas, del Archivo de Moxos y Chiquitos, y elaboró sus siete puntos para la creación del Archivo General de la Nación, el gran Gunnar Mendoza, reconocido archivista responsable de la organización del Archivo Colonial de la Casa de Moneda de Potosí y de los fondos coloniales y republicanos del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, Alberto Crespo Rodas, Édgar Huracán Ramírez, un héroe que salvó de la destrucción los Archivos de la Minería Nacional, construyendo para su resguardo tres imponentes edificios en El Alto, Oruro y Potosí, nombres que le pusieron un cuerpo a las ideas, un diccionario que registra lo que diversos profesionales de la información a su vez registraron a lo largo de sus vidas, me parece un simbólico y sentido homenaje.

Agradezco a Luis Oporto el envío de esta obra, tan valiosa como necesaria, que nos permite acceder a una parte importante de la historia social y archivística de Bolivia, en recuerdo de quienes cultivaron con su labor la memoria impresa de un país.

Biblioteca y Archivo Historico de la Asamblea Legislativa Plurinacional Vicepresidencia del Estado Plurinacional

Guardianes de la Memoria. Diccionario Biográfico de Archivistas de Bolivia / Biblioteca y Archivo Hist6rico de la Asamblea Legislativa Plurinacional. /Luis Oporto Ord6nez (Editor). La Paz: Biblioteca y Archivo Historico de la Asamblea Legislativa Plurinacional, 2012.
671 p.

Jach'a Marrka Sullka Irpatafia Utt'a
Taqi Markana Kamachi Wakichana Tamtachawi Utt'a
Nawra Kawsaypura suyuta sullk'a Kamana
Rimanakuy u-mallina suyu kamana
Tetat guasu juvicha ja-j-kuerigua jembiapoa
Tetaguasuiftomboat juvicha jembiapoa

Editor: Luis Oporto Ordonez
Colaboradores: Carola Campos Lora, Edgar Ramirez Santiesteban y Gonzalo Molina Echeverrfa
Revisión: Gonzalo Molina Echeverrfa
Diseño y diagramación: Javier Quispe
D.L.: 4-1-148-12 P.O. ISBN: 978-99954-816-4-3 La Paz - Bolivia
Impresión
Institute) Internacional de Integration Convenio Andres Bello (III-CAB)
Av. Sanchez Lima N° 2146. Casilla 7796/Tel (591) (2) 2410401 - (591) (2) 2411041/Fax (591) 2411741
La Paz - Bolivia
Junio de 2012

Distribución gratuita:
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